Comenzamos la semana pasada leyendo un cuento realista de Guillermo Martínez,
Infierno Grande. Lo encuentran páginas 22 a 27 del libro de texto. Leímos a continuación,
El ilustre amor, de Manuel Mujica Láinez para seguir con el tema. Realizamos el análisis de los recursos de verosimilización en ambos textos.
Para ampliar la clasificación de relatos , leimos
Continuidad de los parques de Julio Cortázar.
Hoy vamos a oír la lectura de un cuento de María Teresa Andruetto,
El guante de encaje, en el portal de educ.ar. Vamos a trabajar con el tema de la verosimilitud y la vacilación del lector-receptor, en este caso. Tangencialmente, se hablará del relato folclórico y los mitos urbanos y rurales.
También vamos a leer,
De Chatelet a Bolívar de Romina Doval (libro de texto) y les voy a leer
La sentencia y el sueño de Chuang Tzu, los brevísimos relatos tomados de la colección de Borges y Bioy,
Cuentos breves y extraordinarios. Les dejo estos cuentos en el blog y el enlace del realto de Andruetto.
LA
SENTENCIA
Aquella
noche, en la hora de la rata, el emperador soñó que había salido de su palacio y que en la
oscuridad caminaba por el jardín, bajo los árboles en flor. Algo se arrodilló a
sus pies y le pidió amparo. El emperador accedió; el suplicante dijo que era un
dragón y que los astros le habían revelado
que al día siguiente, antes de la
caída de la noche, Wei Cheng,
ministro del emperador, le cortaría la cabeza. En
el sueño, el emperador juró protegerlo. Al despertarse, el emperador preguntó
por Wei Cheng. Le dijeron que no estaba en el palacio;
el emperador lo mandó buscar y lo tuvo atareado el día entero, para que no
matara al dragón, y hacia el atardecer le propuso que jugaran al ajedrez. La
partida era larga, el ministro
estaba cansado y se quedó dormido. Un estruendo conmovió la
tierra. Poco después irrumpieron dos capitanes que traían una
inmensa cabeza de dragón empapada en sangre. La arrojaron a los pies del
emperador y gritaron: -Cayó del cielo. Wei Cheng, que había despertado, lo miró
con perplejidad y observó: -Que raro, yo soñé que mataba a un dragón así.
Wu Ch'eng-en (c. 1505-c. 1580).
EL SUEÑO DE CHUANG TZU
Chuang Tzu soñó que era una mariposa y no sabía al despertar si era un
hombre que había soñado ser una mariposa o una mariposa que ahora soñaba ser un
hombre
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