martes, 21 de agosto de 2007

Queísmo/dequeísmo RAE

Diccionario RAE - Dequeísmo

Es el uso indebido de la preposición de delante de la conjunción que cuando la preposición no viene exigida por ninguna palabra del enunciado.

1. Se incurre en dequeísmo en los siguientes casos:

a) Cuando se antepone la preposición de a una oración subordinada sustantiva de sujeto. El sujeto de una oración nunca va precedido de preposición y, por tanto, son incorrectas oraciones como Marca de incorrección. Me alegra de que seáis felices (correcto: Me alegra que seáis felices); Marca de incorrección. Es seguro de que nos quiere (correcto: Es seguro que nos quiere); Marca de incorrección. Le preocupa de que aún no hayas llegado (correcto: Le preocupa que aún no hayas llegado); Marca de incorrección. Es posible de que nieve mañana (correcto: Es posible que nieve mañana). Algunos de estos verbos, cuando se usan en forma pronominal (alegrarse, preocuparse, etc.), sí exigen un complemento precedido de la preposición de. En ese caso, el uso conjunto de la preposición y la conjunción es obligatorio: Me alegro de que seáis felices, y no Marca de incorrección. Me alegro que seáis felices; Me preocupo de que no os falte nada, y no Marca de incorrección. Me preocupo que no os falte nada (→ queísmo, 1a).

b) Cuando se antepone la preposición de a una oración subordinada sustantiva de complemento directo. Esto ocurre, sobre todo, con verbos de «pensamiento» (pensar, opinar, creer, considerar, etc.), de «habla» (decir, comunicar, exponer, etc.), de «temor» (temer, etc.) y de «percepción» (ver, oír, etc.). El complemento directo nunca va precedido de la preposición de y, por tanto, son incorrectas oraciones como Marca de incorrección. Pienso de que conseguiremos ganar el campeonato (correcto: Pienso que conseguiremos ganar el campeonato); Marca de incorrección. Me dijeron de que se iban a cambiar de casa (correcto: Me dijeron que se iban a cambiar de casa); Marca de incorrección. Temo de que no llegues a tiempo (correcto: Temo que no llegues a tiempo); Marca de incorrección. He oído de que te casas (correcto: He oído que te casas).

c) Cuando se antepone la preposición de a una oración subordinada que ejerce funciones de atributo en oraciones copulativas con el verbo ser. Este complemento, por lo general, no va precedido de preposición y, por tanto, son incorrectas oraciones como Marca de incorrección. Mi intención es de que participemos todos (correcto: Mi intención es que participemos todos).

d) Cuando se inserta la preposición de en locuciones conjuntivas que no la llevan: Marca de incorrección .a no ser de que (correcto: a no ser que), Marca de incorrección .a medida de que (correcto: a medida que), Marca de incorrección .una vez de que (correcto: una vez que).

e) Cuando se usa la preposición de en lugar de la que realmente exige el verbo: Marca de incorrección. Insistieron de que fuéramos con ellos (correcto: Insistieron en que fuéramos con ellos); Marca de incorrección. Me fijé de que llevaba corbata (correcto: Me fijé en que llevaba corbata).

2. Los verbos advertir, avisar, cuidar, dudar e informar, en sus acepciones más comunes, pueden construirse de dos formas: advertir [algo] a alguien y advertir de algo [a alguien]; avisar [algo] a alguien y avisar de algo [a alguien]; cuidar [algo o a alguien] y cuidar de algo o alguien; dudar [algo] y dudar de algo; informar [algo] a alguien (en América) e informar de algo [a alguien] (en España). Por tanto, con estos verbos, la presencia de la preposición de delante de la conjunción que no es obligatoria (→ advertir, avisar, cuidar (se), dudar, informar(se)).

3. Un procedimiento que puede servir en muchos de estos casos para determinar si debe emplearse la secuencia de «preposición + que», o simplemente que, es el de transformar el enunciado dudoso en interrogativo. Si la pregunta debe ir encabezada por la preposición, esta ha de mantenerse en la modalidad enunciativa. Si la pregunta no lleva preposición, tampoco ha de usarse esta en la modalidad enunciativa: ¿De qué se preocupa? (Se preocupa de que...); ¿Qué le preocupa? (Le preocupa que...); ¿De qué está seguro? (Está seguro de que...); ¿Qué opina? (Opina que...); ¿En qué insistió el instructor? (Insistió en que...); ¿Qué dudó o de qué dudó el testigo? (Dudó que... o dudó de que...); ¿Qué informó [Am.] o de qué informó [Esp.] el comité? (Informó que... [Am.] o informó de que... [Esp.]).

4. antes (de) que, después (de) que, con tal (de) que. → antes, 3; después, 2 y tal, 2.

Diccionario RAE - Queísmo

Es la supresión indebida de una preposición (generalmente de) delante de la conjunción que, cuando la preposición viene exigida por alguna palabra del enunciado.

1. No debe suprimirse la preposición en los casos siguientes:

a) Con verbos pronominales que se construyen con un complemento de régimen: acordarse de algo, alegrarse de algo, arrepentirse de algo, fijarse en algo, olvidarse de algo, preocuparse de o por algo, etc.: Me alegro de que hayáis venido (no Marca de incorrección. Me alegro que hayáis venido); Me olvidé de que tenía que llamarte (no Marca de incorrección. Me olvidé que tenía que llamarte); Te preocupaste de o por que no pasáramos calamidades (no Marca de incorrección. Te preocupaste que no pasáramos calamidades); Se acordaba de que en esa casa había vivido un amigo suyo (no Marca de incorrección. Se acordaba que en esa casa había vivido un amigo suyo); Me fijé en que tenía manchas en la cara (no Marca de incorrección. Me fijé que tenía manchas en la cara); No me acordé de que era tu cumpleaños (no Marca de incorrección. No me acordé que era tu cumpleaños). Algunos de estos verbos, cuando se usan en forma no pronominal, se construyen sin preposición, pues, en ese caso, la oración subordinada ejerce de sujeto o de complemento directo: Me alegró que vinieras (no Marca de incorrección. Me alegró de que vinieras); Olvidé que tenía que ir al dentista (no Marca de incorrección. Olvidé de que tenía que ir al dentista) (→ dequeísmo, 1a y b).

b) Con verbos no pronominales que se construyen con un complemento de régimen: convencer de algo, insistir en algo, tratar de algo (en el sentido de ‘procurarlo, intentarlo’), etc.: Lo convencí de que escribiera el artículo (no Marca de incorrección. Lo convencí que escribiera el artículo); Insistió en que nos quedáramos a cenar (no Marca de incorrección. Insistió que nos quedáramos a cenar); Trato de que estéis a gusto (no Marca de incorrección. Trato que estéis a gusto).

c) Con sustantivos que llevan complementos preposicionales: Iré con la condición de que vayáis a recogerme (no Marca de incorrección. Iré con la condición que vayáis a recogerme); Tengo ganas de que llueva (no Marca de incorrección. Tengo ganas que llueva); Ardo en deseos de que vengas a verme (no Marca de incorrección. Ardo en deseos que vengas a verme).

d) Con adjetivos que llevan complementos preposicionales: Estamos seguros de que acertaremos (no Marca de incorrección. Estamos seguros que acertaremos); Estoy convencido de que llegarás lejos (no Marca de incorrección. Estoy convencido que llegarás lejos).

e) En locuciones como a pesar de que (no Marca de incorrección .a pesar que), a fin de que (no Marca de incorrección .a fin que), a condición de que (no Marca de incorrección .a condición que), en caso de que (no Marca de incorrección. en caso que), etc.

f) En la construcción hasta el punto de que (no Marca de incorrección .hasta el punto que).

g) En las locuciones verbales caber, o haber, duda de algo, caer en la cuenta de algo, darse cuenta de algo: No cabe duda de que es un gran escritor (no Marca de incorrección. No cabe duda que es un gran escritor); Pronto cayó en la cuenta de que estaba solo (no Marca de incorrección. Pronto cayó en la cuenta que estaba solo); Nos dimos cuenta de que era tarde (no Marca de incorrección. Nos dimos cuenta que era tarde). No deben confundirse las locuciones caer en la cuenta, darse cuenta, que exigen de, con tener en cuenta, que no exige la preposición: No tiene en cuenta que nos esforzamos (no Marca de incorrección. No tiene en cuenta de que nos esforzamos).

2. Los verbos advertir, avisar, cuidar, dudar e informar en sus acepciones más comunes, pueden construirse de dos formas: advertir [algo] a alguien y advertir de algo [a alguien]; avisar [algo] a alguien y avisar de algo [a alguien]; cuidar [algo o a alguien] y cuidar de algo o alguien; dudar [algo] y dudar de algo; informar [algo] a alguien (en América) e informar de algo [a alguien] (en España). Por tanto, con estos verbos, la presencia de la preposición de delante de la conjunción que no es obligatoria (→ advertir, avisar, cuidar(se), dudar, informar(se)).

3. Para determinar en cada caso si debe emplearse la secuencia de «preposición + que» o simplemente que, → dequeísmo, 3.

4. Para las expresiones formadas por el verbo dar seguido de algunos sustantivos abstractos que designan sentimiento, como vergüenza, miedo, pena, rabia, etc., → dar(se), 5.

5. antes (de) que, después (de) que, con tal (de) que. → antes, después, tal.

Leer este artículo y completar el ejercicio.

domingo, 19 de agosto de 2007

Reseña Cítica Fahrenheit 451, de Ray Bradbury

451 Fahrenheit arde el papel ¿También las ideas?”

Esta obra es una novela de ciencia ficción con la que el autor intenta situarnos en una época donde el orden establecido suprime todo tipo de emociones, inquietudes y curiosidad, buenas o malas.
Ray Bradbury promovió su propia educación ya que el nivel económico de su familia no le permitía asistir a la Universidad, comenzó escribiendo cuentos que se publicaban en revistas y se auto definió como ”un narrador de cuentos con propósitos morales” considerando Fahrenheit 451 su única obra de ciencia ficción; a las demás las catalogó de fantasías.
Esta obra escrita en el año 1953 presenta como escenario un futuro improbable para sus contemporáneos. Hoy sabemos que muchas de las cosas que describe Bradbury no son tan inciertas, ni tan inalcanzables.
En el desarrollo de la novela podemos comprobar lo absurdo que resulta la censura, ya que el hombre siempre está buscando crecer, ser más y por sobre todo conocer más.
Esta afirmación surge de la conducta de Guy Montag, que protagoniza la novela encarnando a un bombero cuya misión es cumplir con el mandato del gobierno que consiste en quemar los libros. Esta tarea de la que se enorgullecía, lo enfrenta a la situación de encontrarse con una mujer que prefiere perder la vida antes que entregar sus libros. Así se despierta su curiosidad acerca del contenido de esos libros tan despreciados por el gobierno y tan defendidos por algunos de sus dueños.
Mi conclusión, luego de haber leído esta atrapante historia, es que controlar las emociones, tratando de evitar problemas y preocupaciones, no asegura la felicidad, ya que solo estaríamos enmascarando la realidad. Yo creo que la verdadera felicidad no resulta de esquivar los problemas, sino de tener libertad para elegir el camino que cada uno considera mejor para su vida sabiendo que además de “lo que debemos hacer” cuenta “lo que queremos hacer” aprendiendo a utilizar apropiadamente las herramientas que tenemos a nuestra disposición para recorrer ese camino con nuestro paso y nuestra decisión.
Narela Luciano.

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Queridos alumnos y profesores:
Hoy empezamos a publicar en nuestro novísimo blogs los trabajos que Uds. producen en clase, en nuestro colegio. También podrá servir- y eso dependerá de Uds.- de calendario de información o lugar de consulta de las actividades escolares.
Como todos saben, soy profesora de tercer año solamente pero me encantaría recibir colaboraciones de alumnos de otros cursos y también de egresados.
Basta por hoy, saludos a todos ,Mariana.